martes, 21 de julio de 2009

Ese sol español.

Como hace calor, no hay quién duerma. Como no hay quién duerma, voy como una zombi al trabajo, me quedo sopa después de comer y me cuesta lahos despertarme para volver al trabajo. Como luego hay que salir con los colegas, llevo semanas durmiendo una o dos horas al día y estoy muerta. A mí, la verdad, no me gusta mucho el calor. Tanta luz, desde por la mañana tempranito hasta por la noche tardecito, me hace daño en los ojos. La ausencia de sol debe de ser jodida y tal y cual y puedo comprender que los guiris de los países nórdicos y de centroeuropa se maten por el sol y por venirse a tumbar aquí en las playas y en medio de la calle como tarados, pero yo creo que el exceso de sol tampoco es muy bueno que digamos. No, si al final van a tener razón mis viejos que llevan años diciéndolo y yo pensando: "¡Vaya par de muermos!". Pero luego, me voy dando cuenta de que en algunas cosas (sólo algunas, ¿eh?, que tampoco hay que pasarse ... todavía) tienen su puntito.
En fin, que tengo unas ganas de que venga el otoño para dormir como una marmota ...
A pesar de todo, la vida es una aventura fascinante.
Judit Potemkin.

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