
Las cosas aquí están tan jodidas que me sigo planteando seriamente irme a Israel aunque ya sé que aquello no es la panacea, pero es que lo que está pasando aquí es alucinante: los empresarios quieren sencillamente la esclavitud más salvaje y la están llevando ya a la práctica sin que nadie ponga coto a lo que está pasando ni les cuelgue de las farolas. Se están comiendo incluso a los autónomos y a los pequeños empresarios y nadie les frena. Yo me largo.
Judit Potemkin.
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